Ia física en los Robots industriales

Cómo el “Embodied Reasoning” está Creando la Próxima Generación de Robots

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Durante años, la idea de tener robots inteligentes y versátiles ha pertenecido más al cine que a nuestros laboratorios y fábricas. Los robots han sido herramientas increíblemente útiles, pero limitadas: máquinas programadas para ejecutar tareas específicas en entornos perfectamente controlados. Si algo cambiaba, el robot fallaba.

Esa era está llegando a su fin.

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En los últimos tres años, hemos sido testigos de un cambio radical. La convergencia de la robótica y la inteligencia artificial avanzada, especialmente con modelos como Gemini de Google DeepMind, ha acortado drásticamente los plazos. La pregunta ya no es si veremos robots verdaderamente inteligentes en un futuro lejano, sino cómo nos prepararemos para su llegada en la próxima ventana de 5 a 10 años.

Este no es un avance incremental; es una revolución en cómo las máquinas perciben, razonan e interactúan con nuestro mundo.

De la Programación al Razonamiento

La clave de esta transformación ha sido la integración progresiva de modelos de IA cada vez más sofisticados:

Modelos de Lenguaje (LLMs): Permitieron que los robots entendieran instrucciones en lenguaje natural.

Modelos de Visión-Lenguaje (VLMs): Les dieron la capacidad de “ver” y comprender el contexto visual junto con el verbal.

Robotics Transformers: Demostraron que, al igual que con los LLMs, el rendimiento de un robot escala masivamente con más datos.

Y ahora, Gemini lleva esto a un nivel completamente nuevo. Este modelo no solo procesa texto e imágenes; añade las acciones como una nueva modalidad. Enseña a los robots el “lenguaje de las acciones”, traduciendo una comprensión multimodal y conceptual del mundo en movimientos físicos precisos.

Comprensión y Generalización Real

La diferencia en la práctica es tan profunda como la que existe entre memorizar un guion y poder improvisar en una conversación.

Si le pides a un robot tradicional que recoja una taza, memoriza la trayectoria exacta: mover el brazo 30 cm a la derecha, bajar 15 cm, cerrar la pinza. Si la taza se mueve un milímetro, o si es un modelo de taza ligeramente diferente, la tarea fracasa. El robot no “sabe” lo que es una taza; solo conoce una secuencia de movimientos que, en el pasado, resultó en una taza en su pinza.

Un robot con Gemini, en cambio, entiende el concepto: ‘coger la taza’. No le importa la trayectoria exacta, sino el objetivo final. Esta comprensión le otorga capacidades que antes eran inalcanzables:

  • Comprensión Conceptual: Puede ejecutar una orden como “encesta la bola” (slam dunk) porque no memoriza movimientos, sino que entiende la relación entre los objetos (“balón”, “aro”) y el objetivo de la acción (“introducir el balón en el aro”). Por eso puede hacerlo incluso si la posición de los objetos cambia.
  • Generalización Robusta: El verdadero test de inteligencia es la generalización. A estos robots se les evalúa en entornos completamente nuevos, con objetos que nunca han visto y bajo distracciones. Puede aprender a identificar una manzana y luego reconocer una variedad de manzana diferente en una cocina desconocida. Es más, puede entender la misma instrucción en diferentes idiomas, porque el concepto “manzana” es universal, no depende de la palabra “apple” o “manzana”.
  • Adaptación en Tiempo Real: El mundo real es impredecible. Si mientras el robot va a coger un objeto, este se mueve o una persona lo empuja ligeramente, el robot no cancela la operación. Procesa la nueva información visual, recalcula su ruta sobre la marcha y ajusta sus movimientos para completar la tarea con éxito.

En resumen, dejamos atrás a los autómatas de un solo truco para dar la bienvenida a agentes que razonan, se adaptan y aprenden de una manera que se asemeja mucho más a la inteligencia genuina.

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La Arquitectura de la Inteligencia “Embodied Reasoning”

Para lograr esta hazaña, estos robots se inspiran en la cognición humana, utilizando una arquitectura de dos sistemas:

Sistema 2 (El Estratega): Un modelo potente que razona sobre conceptos complejos y planifica la trayectoria general de una acción. Es el “pensamiento lento y profundo”. Alojado en el servidor.

Sistema 1 (El Reactivo): Un modelo más rápido que ajusta el plan en tiempo real basándose en la información visual, respondiendo a cambios inesperados. Es el “reflejo rápido”. Alojado en el Robot.

Esta combinación permite una destreza impresionante. Gracias a enormes conjuntos de datos (a menudo generados por humanos teleoperando los robots), han aprendido tareas que requieren una motricidad fina increíble, como atar cordones, doblar ropa e incluso hacer origami.

Seguridad y el Mundo Real

Llevar estos robots del laboratorio al mundo real requiere un enfoque obsesivo en la seguridad.

No se trata solo de evitar colisiones, sino de un razonamiento de seguridad semántico: por ejmplo, entender que un vaso de agua debe colocarse en una mesa, no en el borde. Para ello, se está desarrollando el conjunto de datos ASIMOV, inspirado en las famosas leyes de la robótica, para probar y certificar el razonamiento seguro de los robots.

¿Qué Sigue?

Aunque quedan desafíos importantes, la convergencia de estas capacidades sugiere que estamos en un punto de inflexión. Los próximos dos años podrían ser decisivos, desencadenando una “explosión de la robótica” similar a la que hemos visto recientemente con la IA generativa.

Estamos pasando de programar robots para tareas, a entrenar robots con habilidades. La era del robot de propósito general está a la vuelta de la esquina.

¿Quieres Produndizar en este tema? Tambien hize un Video, te lo comparto.

https://youtu.be/gDRn9H2QoCM


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